Cómo empezar a leer más: Consejos para crear el hábito
Leer más es como ir al gimnasio: sabes que te haría bien, pero siempre hay algo que te distrae (hola, redes sociales y maratones de series). Si quieres convertir la lectura en un hábito y no en un propósito eterno de Año Nuevo, aquí tienes algunos trucos infalibles. Sí, esos consejos que te harán sentirte como el lector empedernido que siempre has querido ser… o al menos uno que lee más de una página antes de dormir. Vamos, que si puedes ver 3 episodios de una serie sin pestañear, también puedes leer un capítulo de un libro.
¿Por qué nos cuesta leer más?
El dilema es el mismo para todos: ¿por qué leer más parece tan difícil? Si fueras un superhéroe, el libro sería tu kryptonita, porque cada vez que decides leer, algo te distrae (y eso, a veces, parece que es todo lo que existe). Veamos las razones más comunes:
- Falta de tiempo (o eso creemos, pero bien que scrolleamos una hora en el móvil).
Es un clásico. «No tengo tiempo para leer», pero luego te das cuenta de que acabas de perder 45 minutos mirando vídeos de gatitos. Quizás el problema no es el tiempo, sino la habilidad para priorizar, ¿no? - No sabemos qué leer (spoiler: cualquier cosa es mejor que no leer).
Esto es como cuando te vas al supermercado y no sabes si comprar tomates o pepinos. La indecisión es lo peor, ¡pero cualquier cosa que no sea Instagram está bien! Los libros están llenos de aventuras, romances, suspenso, y un montón de cosas increíbles. Escoge uno. Lo que sea. Solo empieza. - Nos da pereza empezar (pero luego no podemos soltar el libro).
Ese primer capítulo. Ese monstruo aterrador que te dice «¿estás seguro de que quieres comenzar? Lo vas a dejar a la mitad». Pero, oh, una vez que empiezas, es como comer papas fritas: no puedes parar. Entonces, la moral de la historia: lo más difícil es empezar. Después, no hay vuelta atrás.
Consejos para leer más sin darte cuenta
No te preocupes, que aquí vienen unos consejos infalibles para leer más y no sentir que estás haciendo maratón de libros (aunque sí lo estés haciendo).
Crea una rutina de lectura
Elige un momento del día (mañana, antes de dormir, en el baño… lo que funcione) y conviértelo en un ritual sagrado.
Piensa en la lectura como una cita contigo mismo (sí, eres lo suficientemente importante como para agendar un tiempo solo para ti). La clave está en ser constante, como cuando te cepillas los dientes, pero en lugar de un cepillo, tienes un libro. Así que haz de la lectura algo que suceda todos los días, incluso si es solo durante 10 minutos antes de dormir. Hazlo con tu café por la mañana, o si eres un alma nocturna, en esos minutos antes de dormir, sin que tu cerebro grite «Netflix». Solo tú y el libro.
Reduce distracciones
Deja el móvil lejos, silencia notificaciones y haz de la lectura un momento VIP.
El móvil es el principal culpable de tu procrastinación literaria. ¿Sabías que a veces el mayor obstáculo para leer un libro completo es que el teléfono tiene su propia agenda? Así que, por favor, no caigas en la trampa de mirar el móvil “solo por un segundo”. Colócalo en modo avión, en otro cuarto, o en una caja cerrada con candado (si es necesario). ¡Haz de la lectura un momento VIP, solo para ti!
Empieza con libros cortos y atrapantes
No hace falta que te tires de cabeza a «Guerra y Paz». Prueba con novelas breves o relatos adictivos.
¿De verdad crees que empezar con un libro de 800 páginas es lo que necesitas para crear el hábito? Lo que necesitas es engancharte a la lectura, así que empieza con libros fáciles de digerir. Una novela de 200 páginas, un cuento corto o una serie de relatos. Hay montones de libros interesantes que no requieren un doctorado en literatura para disfrutarlos. El truco es elegir libros que te enganchen desde la primera página, y que te hagan pensar “solo un capítulo más” cada vez.
Ponte metas realistas
Empieza con 10 páginas al día o un capítulo. No hace falta devorar 3 libros semanales (a menos que seas una máquina literaria).
A todos nos gustaría leer como si estuviéramos en una maratón literaria, pero la realidad es que eso rara vez ocurre (a menos que seas el primo raro que lee en el baño, en el transporte público, y hasta mientras come). Así que no te presiones. ¿10 páginas al día? ¡Genial! ¿Un capítulo? ¡Perfecto! La idea es hacer de la lectura un hábito, no una competición. Establece metas alcanzables. No hace falta devorar libros como si fueras un monstruo literario.
Prueba audiolibros
Si te cuesta sentarte a leer, escucha historias mientras cocinas, conduces o haces ejercicio. Leer con los oídos también cuenta.
Aquí tienes una idea brillante: los audiolibros. Si no puedes sentarte a leer, pero todavía quieres disfrutar de una historia, ¿por qué no escucharla? Los audiolibros permiten que tu cerebro haga ejercicio mientras tú haces otras cosas (como conducir, lavar los platos o incluso hacer pesas, si es que eso es lo tuyo). ¡Puedes escuchar a los personajes gritar, reír y llorar mientras preparas tu cena! Los audiolibros también cuentan como “leer”, así que deja de poner excusas. Puedes probar audiolibros aquí
Encuentra el gusto en la lectura
La lectura, cuando es realmente disfrutada, es una de las experiencias más placenteras que existen. No solo te permite escapar de tu realidad, sino que te da acceso a un montón de mundos nuevos sin necesidad de un boleto de avión ni tener que hacer malabares con tu agenda. Es como tener un gimnasio para tu mente: la única diferencia es que no sudas y no necesitas inscribirte. Así que, si realmente quieres leer más, solo tienes que encontrar esos libros que te hagan decir “No puedo dejar de leer”.
¡Vamos, ponte manos a la obra!
Ahora que tienes estos consejos en tu arsenal, es hora de ponerlos en práctica. Recuerda, todo gran hábito empieza con un pequeño paso. No te pongas metas de 50 libros al mes, solo empieza con unos pocos minutos al día. Si logras hacer de la lectura un hábito, te prometo que tu vida (y tu conocimiento) se expandirá de formas que nunca imaginaste. ¡Anímate, que el libro que estás buscando está ahí esperándote!
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