¿Recuerdas cuando el peor miedo que teníamos era que alguien leyera nuestro diario escondido bajo el colchón? Ah, tiempos más simples. Hoy, el diario no solo está en la nube: tiene tu dirección, tu número de tarjeta, tus búsquedas más vergonzosas y hasta lo que hablaste con tu ex hace 3 años. Y todo eso está a tres clics de caer en manos de alguien que no distingue entre privacidad y piñata en una fiesta infantil.
No queremos sonar fatalistas, pero proteger tu información en el mundo digital actual es casi como proteger tu helado en pleno agosto: si no estás atento, se derrite o alguien te lo birla. Por eso, vamos a contarte cómo proteger tu información personal sin necesidad de vivir en una cueva con papel aluminio en la cabeza. Aunque tampoco lo juzgamos, ¿eh?
¿Por qué debería importarme proteger tu información?
Primero, respóndete esto: ¿Le darías tu contraseña del banco a un desconocido en la calle solo porque te sonrió? ¿No? Entonces, ¿por qué la compartes (sin querer) cada vez que usas la misma en 14 páginas distintas, dejas el WiFi sin clave o haces clic en ese link que dice “¡Has ganado un iPhone!”?
Tu información personal es como tu cepillo de dientes: nadie más debería usarlo, y si lo hacen… lo vas a lamentar. Desde robos de identidad hasta que se hagan pasar por ti en redes sociales (y digan cosas que tú jamás dirías… o peor, que sí dirías), las consecuencias de no proteger tus datos pueden ir desde molestas hasta directamente catastróficas.
Primer mandamiento: No usarás la misma contraseña para todo
Sí, lo sabemos. Recordar contraseñas distintas es un dolor de muelas, pero usar la misma para el banco, Netflix, tu correo y ese sitio sospechoso donde ves memes no es muy inteligente. Es como tener una llave para tu casa, tu coche, tu caja fuerte y tu diario… y perderla en medio de una fiesta.
Solución: usa un gestor de contraseñas. Hay muchos confiables y hasta gratuitos (como Bitwarden o KeePass). Solo necesitas recordar una contraseña maestra, y el programa se encarga del resto.
El WiFi de tu casa no es una fiesta pública
Si tu red WiFi se llama “Movistar1234” y nunca le cambiaste la contraseña, tengo malas noticias: no estás navegando en un lugar seguro, estás en una piscina pública sin socorrista.
Cambia el nombre de tu red, crea una contraseña robusta (sí, otra más), y activa el cifrado WPA3 si tu router lo permite. ¿No sabes cómo? Googlea el modelo de tu router. Lo más probable es que tenga instrucciones claras. O pídele ayuda a ese amigo techie que te debe un favor.
Cuidado con los enlaces “demasiado buenos para ser verdad”
Internet está lleno de caramelos envenenados. Promesas falsas, descuentos imposibles, herencias de príncipes nigerianos. Si algo suena a chollo galáctico, lo más probable es que sea un anzuelo para robarte la información.
Antes de hacer clic en un enlace:
- ¿Conoces el remitente?
- ¿Tiene errores ortográficos sospechosos?
- ¿Te pide que confirmes información personal urgente?
Desconfía. En serio. Los bancos no te piden tu clave por correo. Nunca.
La doble autenticación es como una alarma en casa (pero mejor)
Habilita la autenticación en dos pasos (2FA) en absolutamente todo lo que puedas: Gmail, Instagram, Facebook, bancos, hasta si tienes una app para contar pasos. ¿Por qué? Porque incluso si alguien consigue tu contraseña, no podrá entrar sin el segundo paso (como un código enviado a tu móvil o una app autenticadora).
Sí, es un paso más. Pero también lo es cerrar con llave, y no por eso dejas la puerta abierta, ¿no?
Tus dispositivos también son vulnerables (sí, incluso tu adorable móvil)
No se trata solo de proteger tus cuentas, también tus dispositivos. Instala antivirus, actualiza el sistema operativo (¡no ignores esa notificación otra vez!) y evita descargar apps fuera de tiendas oficiales.
¿Y esa costumbre de dejar el móvil desbloqueado sobre la mesa? Sí, sabemos que lo haces. Y si un día desaparece… adivina quién podrá acceder a tus fotos, mensajes y quizás hasta tu app del banco.
Usa el bloqueo por huella, cara o contraseña. No, «1234» no cuenta como contraseña.
No publiques toda tu vida (literalmente) en redes
Entendemos que quieras compartir que te vas de viaje a Bali, pero quizás no es buena idea anunciarlo junto a tu dirección en Instagram Stories. Eso, amigos, es como decirle al mundo: “Mi casa está sola, adelante, pasen”.
Publica con cabeza. No muestres documentos personales, tarjetas de embarque (¡sí, se puede robar info desde ellas!), ni ubicaciones en tiempo real. Guarda algo para ti. La privacidad también es sexy.
Usa navegadores y extensiones que protejan tu privacidad
Navegar con Chrome está bien, pero considera usar alternativas más enfocadas en privacidad como Brave o Firefox con extensiones como:
- uBlock Origin (bloqueador de publicidad y rastreadores)
- Privacy Badger (de la Electronic Frontier Foundation, que es básicamente Gandalf de la privacidad online)
- DuckDuckGo como motor de búsqueda alternativo que no te rastrea como si fueras una cabra con GPS.
Y hablando de privacidad… ¿conoces la EFF?
La Electronic Frontier Foundation (EFF) es una organización que lucha por los derechos digitales de todos nosotros. Tiene recursos brutales para aprender sobre privacidad, seguridad y cómo protegerte sin ser un experto. Es como el Hogwarts de la ciberseguridad, pero sin dementores (aunque algunos hackers lo parezcan).
Hasta aquí esta primera parte. En la próxima entrega entraremos en terrenos más profundos como:
- Cómo blindar tus redes sociales (sin parecer una abuela desconfiada)
- Qué hacer si ya fuiste víctima
- Qué tipo de contenido NO debes compartir ni siquiera con tu gato
- Y por supuesto, cómo todo esto se conecta con la evolución de la tecnología e incluso la inteligencia artificial…
Y sí, ya que estamos hablando de eso, si quieres explorar cómo la IA está afectando el panorama digital (incluido en España), no te pierdas este artículo que hemos preparado con mucho cariño y reflexión:
👉 Cómo la inteligencia artificial en España está cambiando las reglas del juego